Juicio Brigadas: "Amenazaron con matarme, el único bebé si no colaboraba"

ACTUALIDAD 15 de agosto de 2023 Por Esteban Díaz Romero
santucho

Se realizó este martes la audiencia 113 del Juicio Brigadas, en el que son juzgados represores por delitos de lesa humanidad cometidos en centros clandestinos de detención y exterminio emplazados en la zona sur del Conurbano y el oeste. Declararon seis sobrevivientes, dos miembros de la familia Santucho entre ellos, y un allegado a detenidos desaparecidos.

Graciela Beatriz Gómez, sobreviviente, fue la primera en declarar. “Fui privada de la libertad a partir de 1975, cuando acudo a la casa de María Leonor González (en Quilmes) porque teníamos una reunión gremial”, se presentó. Tenía una lista de compañeros del gremio (docente) pero se la comió para que los represores no obtuvieran esa información. Era docente de una escuela especial y maestra recuperadora en otra institución, ambas públicas.

Finalmente, la secuestraron alrededor del 20 de julio de 1975. “Me metieron en un auto y empezaron a dar vueltas”, recordó la mujer, quien precisó que en un momento, encontró a María Leonor. Mencionó que escuchó “algunos gritos, no muchos”. Tanto ella como María Leonor fueron a “interrogatorio”, su compañera fue torturada pero cuando era su turno, pararon el procedimiento. “Me duele mucho”, recordó que le dijo.

Estuvo 48 horas en esa condición y fue liberada, pero al día siguiente volvieron a buscarla. “Fui legalmente a la Brigada de Quilmes a firmar unos papeles. Ahí me detienen y me dicen que estoy bajo el PEN (Poder Ejecutivo Nacional)”, apuntó. Tras su paso por el Pozo de Quilmes, fue trasladada a Olmos como “presa política”, precisó. Finalmente, se exilió en Perú, donde estuvo un tiempo hasta que pudo regresar al país.

El siguiente testigo fue el sobreviviente Mario Antonio Santucho. “El 9 de diciembre de 1975 estábamos con mis primas (María, Susana, Silvia y Emilia), hermanas (Ana, Marcela y Gabriela), tía (Ofelia) y otro niño que era amigo de la familia (Esteban) en una casa en Morón reunidos por un cumpleaños y según los relatos que pude ir reconstruyendo (tenía 9 meses de vida), un grupo de ocho personas vestidas de civil y con ametralladoras y pistolas irrumpieron con mucha violencia, nos amenazaron y nos apuntaron con las armas”, contó.

“En un momento me agarraron a mi, el único bebé que había, y amenazaron con matarme si no colaboraban. Les ataron las manos, las pusieron contra la pared y rápidamente confirmaron que éramos parte de la familia Santucho”, mencionó respecto a los militantes del PRT. “Estuvimos un par de horas dentro de la casa, en esas circunstancias, y nos sacaron a todos. Antes de irse, los secuestradores pintaron el frente de la casa con las siglas del ERP, haciéndose pasar ellos mismo como guerrilleros en lugar de personal de seguridad y las fuerzas armadas”, agregó.

“Hace dos semanas nos reencontramos con el hijo de Cristina (Navajas) y de Julio (Santucho), que había sido apropiado por una familia con un integrante de la fuerza de seguridad. Ya lo hemos visto tres veces, estuvimos hablando con la familia, con él que estaba muy entusiasmado y dispuesto a este proceso tan complejo”, reflexionó, al tiempo que remarcó que el reencuentro fue “a partir de él, a partir de sus dudas”.

Mencionó que su madre también pudo estar embarazada por lo que la búsqueda de su hermano-hermana sigue en marcha. “Mi sensación es que hay muchas posibilidades de que no sea tan así porque hay un testimonio de que la vieron embarazada y una denuncia de alguien que escuchó decir a un militar ´hoy parió la mujer de Santucho´, pero yo creo que capaz se referían a Julio y no a mi papá”, explicó.

Te puede interesar