El empleo registrado en Argentina sigue en caída: 17 de 24 provincias demostraron retrocesos mensuales

El empleo registrado en Argentina volvió a mostrar señales de alarma en septiembre, al registrar una nueva contracción según los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). El total de trabajadores formales se ubicó en 12,84 millones, lo que implica una baja mensual del 0,1%, equivalente a 10.700 puestos de trabajo menos en comparación con agosto. La tendencia confirma una fase de deterioro persistente del mercado laboral formal durante 2025, en el marco de la política económica impulsada por el gobierno de Javier Milei.

Uno de los datos más sensibles es la evolución del empleo privado, que entre junio y septiembre acumuló una pérdida cercana a los 49.000 puestos de trabajo. En septiembre, el empleo asalariado en su conjunto cayó 0,1% mensual, traccionado por una baja del 0,2% en el sector privado y un fuerte retroceso del trabajo en casas particulares (-0,7%), mientras que el empleo público apenas mostró una suba marginal del 0,1%, insuficiente para compensar el derrumbe generalizado.

El panorama se vuelve aún más crítico al observar el comportamiento del trabajo independiente, uno de los segmentos más golpeados por los cambios normativos del actual Gobierno. Si bien el total se mantuvo estable en el mes, se registraron caídas significativas en los monotributistas sociales (-1,8%) y en los autónomos (-0,7%), fenómeno que se profundiza en la comparación interanual. En ese período, el trabajo independiente se desplomó un 11,9%, lo que representa 378.000 personas menos, explicado en gran parte por una reducción del 63% en la base de monotributistas sociales, tras el proceso de reempadronamiento y recorte de beneficios.

En términos interanuales, el empleo asalariado también muestra números en rojo: se perdieron 53.300 puestos de trabajo (-0,5%), con caídas en todos los segmentos, sin excepción. Esta dinámica refleja el impacto directo del ajuste económico sobre el mercado laboral, que no logra generar nuevas fuentes de empleo genuino.

El análisis sectorial del empleo privado confirma que la crisis no es homogénea, pero sí extendida. En septiembre, seis de las catorce ramas de actividad redujeron su dotación de personal. Las bajas más pronunciadas se registraron en Explotación de minas y canteras (-0,7%), Industrias manufactureras (-0,4%) y Agricultura y ganadería (-0,3%). En la comparación interanual, el empleo privado total cae 0,4%, con derrumbes especialmente severos en Industria (-1,8%) y Minería (-8,3%), sectores estratégicos que el Gobierno señala como motores del crecimiento pero que, en los hechos, continúan perdiendo trabajadores.

A nivel territorial, la situación tampoco ofrece alivio. 17 de las 24 provincias registraron caídas mensuales del empleo privado. Las mayores bajas se dieron en Tierra del Fuego y Misiones (-1,2%), mientras que solo algunas jurisdicciones mostraron mejoras puntuales, como Chubut (+1,0%) y Catamarca (+0,4%), sin modificar la tendencia general.

En paralelo, los datos de la Ciudad de Buenos Aires refuerzan el diagnóstico crítico. La tasa de desempleo en CABA alcanzó el 6,3% en el tercer trimestre de 2025, lo que equivale a 107.000 personas sin trabajo. Aunque el indicador se mantuvo estable respecto a 2024 y mostró una mejora frente al trimestre anterior, el informe del IDECBA revela una profunda brecha de género: 6 de cada 10 desocupados son mujeres, con una tasa de desempleo femenino del 7,4%, frente al 5,2% de los hombres.

El componente territorial también resulta alarmante: la Zona Sur de la Ciudad presenta la tasa de desempleo más alta (7,4%), evidenciando desigualdades estructurales que persisten y se profundizan. A esto se suma un dato clave sobre la precarización laboral: aunque el 72,6% de los ocupados son asalariados, el 27,3% no realiza aportes jubilatorios, y el 58,1% de los asalariados no cuenta con registro en la seguridad social, una cifra que expone el alto nivel de informalidad en uno de los distritos más ricos del país.

En síntesis, los números oficiales confirman que el empleo registrado en Argentina atraviesa uno de sus momentos más delicados, con pérdida de puestos formales, fuerte ajuste sobre trabajadores independientes, caída del empleo privado y altos niveles de informalidad. Bajo la gestión de Javier Milei, el mercado laboral muestra señales claras de fragilidad, con impactos sociales que ya se traducen en más desempleo, precarización y desigualdad, especialmente entre mujeres y sectores productivos clave.