Jubilados y pensionados fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad, una vez más, en el Congreso este miércoles por reclamar un aumento de haberes, la extensión de la moratoria previsional y la restitución de los medicamentos gratuitos. La marcha fue interceptada por un amplio despliegue de las fuerzas de seguridad, que incluyó a la Policía Federal Argentina, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Policía de la Ciudad y, una vez más, reprimió a los manifestantes.

Después de las 15, efectivos de la PFA comenzaron a empujar a los manifestantes hacia la plaza, intentando impedir el corte total de la calle Rivadavia. Poco después, la PSA intervino para llevarlos hacia las veredas. Con la llegada de más columnas, los efectivos formaron un cerco en la esquina de Rivadavia y Virrey Ceballos, para limitar la circulación. En medio del operativo, la represión avanzó “a los empujones” y con gases lacrimógenos.

Antonio, un fotoperiodista presente en la marcha, fue gaseado a pesar de llevar máscara y terminó tirado en el piso. Otro trabajador de prensa, identificado como Oscar, también resultó herido. Más tarde se sumaron efectivos de Gendarmería.

Una de las jubiladas que se manifestaba, Ana María Tapia, expresó en declaraciones radiales: “Si ellos me enseñan cómo pago la luz y cómo vivo con 300 mil pesos por mes, yo no vengo más, pero no van a poder hacerlo”. Otra mujer dijo: “Trabajo desde los 16 años. Tengo mi casa y todavía como. Pero vengo por mis compañeros, que no tienen casa y que les sacaron su derecho a los medicamentos. Vengo por ustedes también”.

Mientras, la policía de la Ciudad, la Policía Federal y la Prefectura rodeó el Congreso con un cordón humano, para que los adultos mayores y los militantes que acompañan el reclamo no puedan acercarse al lugar.