Científicos y trabajadores del CONICET se movilizaron en contra del vaciamiento del sistema científico

Cientos de científicos, investigadores, docentes y estudiantes se movilizaron este miércoles en el Polo Científico de Palermo, para manifestarse contra el ajuste que el gobierno de Javier Milei lleva adelante sobre el sistema científico argentino.
Bajo la consigna “Nadie se salva solo”, en referencia a El Eternauta, la convocatoria fue impulsada por la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT) y replicada en distintos puntos del país.
Con banderas como “CONICET en lucha” y carteles que advertían “La ciencia no es cara, cara es la ignorancia” y “La tormenta avanza, la resistencia también”, los manifestantes denunciaron el congelamiento de ingresos, la suspensión de becas y el desfinanciamiento total de proyectos de investigación.
Profesionales del CONICET reclaman un ataque constante del Gobierno a la ciencia, tecnología y educación
Mercedes Salvia, investigadora del CONICET en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio, explicó que los concursos para nuevos ingresos están paralizados desde 2023, y que incluso se exigió la devolución de fondos ya asignados a algunos proyectos en curso. Además, remarcó que los becarios de la Agencia I+D+i no reciben aumentos en sus estipendios desde hace 11 meses.
“Por donde mires, nos están atacando como colectivo de Ciencia, Tecnología y Educación”, afirmó Salvia. Y agregó que estar en las calles también tiene el sentido de “demostrarnos que no estamos solos, que el camino es la lucha y la resistencia”.
Julieta, bióloga del Instituto Leloir que realiza su doctorado en Neurociencias, recordó la importancia de la ciencia básica, que no suele ser financiada por el sector privado pero que resulta esencial para sostener áreas estratégicas como la salud o la producción tecnológica nacional. “Si no tenemos inversión en ciencia y educación, no tenemos capacidad de producir lo que necesitamos como país”, señaló.
Desde ATE CONICET denunciaron un “vaciamiento encubierto” del sistema, con más de 1.200 trabajadores que ya no forman parte del organismo y una proyección que eleva esa cifra a 1.500 para mediados de 2024. Aunque muchos no fueron despedidos formalmente, renunciaron o buscaron otros trabajos, becas en el exterior o cargos paralelos para poder subsistir.
El reclamo se suma a los de otros sectores del ámbito público que también fueron afectados por los recortes presupuestarios, como el INTA, INTI, el Servicio Meteorológico Nacional y la Comisión Nacional de Energía Atómica.